La alta frecuencia facial es un tratamiento estético avanzado que utiliza corrientes eléctricas de baja intensidad para estimular la piel de manera segura y efectiva. Su acción se basa en la generación de ozono, un gas con propiedades antibacterianas y oxigenantes, lo que lo convierte en un excelente aliado para mejorar la salud y apariencia de la piel. 
Este procedimiento aporta múltiples beneficios, como la mejora de la circulación sanguínea, favoreciendo el transporte de oxígeno y nutrientes a las células, la eliminación de bacterias que causan el acné gracias a su efecto germicida, la reducción de la inflamación y el enrojecimiento, la estimulación de la producción de colágeno y elastina para una piel más firme y el cierre de poros dilatados para un aspecto más uniforme y refinado. Además, el tratamiento de alta frecuencia puede utilizar diferentes electrodos de cristal que emiten distintos tipos de luz, cada una con propiedades específicas.
La luz roja estimula la producción de colágeno y mejora la circulación, siendo ideal para pieles maduras o con flacidez, mientras que la luz azul tiene efectos antibacterianos y ayuda a combatir el acné. La luz verde equilibra la pigmentación, reduciendo manchas y unificando el tono, la luz naranja revitaliza la piel apagada y mejora la oxigenación celular, y la luz violeta, una combinación de rojo y azul, es perfecta para pieles sensibles con tendencia al acné e inflamación. Este tratamiento es altamente recomendable tanto para personas con piel propensa a imperfecciones como para aquellas que buscan un efecto rejuvenecedor y una piel más firme, luminosa y saludable.
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